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INNOVACIÓN Y TRANSFERENCIA

LA RELACIÓN ENTRE LA 
UNIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD

En los países centrales, la economía del conocimiento ha colocado la triple hélice de la cooperación estado, industria y academia en el centro del crecimiento económico. En este paradigma, la innovación es esencial para la supervivencia de las empresas, y las universidades son consideradas una fuente esencial de ideas, talentos y proyectos. Como resultado, los gobiernos y universidades en esos países se ven incentivados a invertir mucho dinero en investigación y desarrollo (I+D).

Por Miguel Riquelme

En muchos textos se lee que “la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación son, en el corazón de la economía del conocimiento, un factor clave para el crecimiento, la competitividad de las empresas y el empleo”.
En los días que corren, en casi todos los países con intenciones de desarrollarse, se ha tratado de organizar el proceso de innovación, de animar a las empresas y a los centros de investigación a promoverlo, a mejorar todos los engranajes que construyen esta dinámica a nivel de los llamados países centrales.
Al abordar estos temas, entramos en un problema que está en medio de varias nociones. Podemos considerar inicialmente que innovar significa crear valor, riqueza, a partir de conocimientos y técnicas producidas por investigaciones que, a veces son conocidas y aplicadas a otros sectores y requieren adaptaciones más o menos importantes durante su transferencia. Si pretendemos profundizar un poco más en la definición de nociones clave, nos topamos con una dificultad: la polisemia, los diversos sentidos de algunos términos.

Además de sus variaciones en términos de medios y resultados, su división público/privado, también se caracteriza por la distinción que se establece todavía hoy entre “ciencia básica” y “ciencia aplicada”. El primer enfoque es a menudo cognitivo, especulativo y deductivo, participa en el desarrollo del conocimiento y la ampliación del campo del conocimiento.
El segundo enfoque se orienta al descubrimiento y apunta a un resultado operativo, limitado por plazos, en la medida en que el desarrollo de productos/procesos requiere la integración de conocimientos diversos.

se refiere a un proceso complejo que tiene como objetivo importar o exportar procesos técnicos -o recursos tecnológicos- del sector de investigación (laboratorios, universidades, etc.) a las empresas, con el fin de modernizar la producción, herramientas y aumentar la competitividad.
Además, en torno a la transferencia de tecnología, existen múltiples actividades que van más allá del marco estrictamente técnico: difusión de información, provisión de espacios, prestación de servicios (experiencias, pasantías, etc.).
Finalmente, la innovación, más allá de la opinión general que la considera una necesidad y un requisito previo para la creación de una ventaja competitiva, resulta ser un concepto que no deja de duplicarse, designando actividades muy diversas.

La definición actual de innovación es un “proceso que permite que una invención se convierta en un producto, o más precisamente como la creación o transformación tecnológica de un producto, proceso o servicio y hacerlo más eficiente”, no resuelve la multiplicidad de sus formas.
La innovación puede clasificarse según su grado, su origen (innovaciones impulsadas por la tecnología o arrastradas por la demanda) o su integración en la estrategia empresarial (innovación de producto/mercado, innovación de proceso, innovación organizacional).
La cosa se complica aún más si consideramos la innovación como un sistema, cuya concepción lineal ha sido superada en favor de un enfoque complejo y multipolar (cada polo puede situarse a su vez en el centro del proceso general), donde actores y factores se encuentran en una situación de interacción e interdependencia, todo ello en un entorno más o menos “facilitador” y cambiante...
Para cerrar este acercamiento, debemos agregar una dosis de desconfianza con respecto a la tentación de aplicar un enfoque demasiado racionalista a la innovación y la transferencia de tecnología.

Hay que tener en cuenta la incertidumbre inherente a cualquier proyecto de innovación (costos de implementación, resultados, rol de los competidores, impacto en las preferencias de los consumidores, etc.) todo esto hace difícil un análisis simple.
Se debe dar un lugar significativo al azar, a la imprevisibilidad, al impacto de las decisiones políticas. Por ejemplo, el corrimiento del rol del estado de su estratégica posición como parte de la hélice virtuosa de la cooperación estado, industria y academia.