La transición de lo analógico a lo digital fue un proceso natural. A medida que sucedían los cambios tecnológicos, los fuimos viviendo sin darnos cuenta. Si me preguntaras hace 15 años sobre lo que estamos viviendo hoy, me parecería increíble. Por ejemplo, las clases híbridas, la capacidad de que los alumnos creen su propio conocimiento y lo debatan en clase eran difíciles de imaginar en ese momento.

El uso de herramientas tecnológicas en el aula debe darse de manera natural y no como una obligación. A veces, nos sentimos obligados a utilizar aplicaciones que no aportan mucho al tema que se está tratando. Es importante resaltar que la forma de aprender de los alumnos ha cambiado. La clase magistral tradicional, donde el profesor habla durante horas y los alumnos solo toman notas, ya no es práctica. Hoy en día, los alumnos buscan resultados rápidos y hay que encontrar estrategias nuevas para enseñar y aprender. Estas estrategias no siempre deben involucrar tecnología; debe ser vista como una herramienta más que complementa el proceso educativo.

En nuestro caso, los casos reales resultan muy efectivos. Cuando comparto un caso real de una empresa y su solución, el interés de los alumnos se despierta. La clave es conectar lo que aprenden en clase con la realidad y cómo resolver las demandas actuales de las empresas.

También tratamos de fomentar el espíritu emprendedor en los alumnos, explicando que ser emprendedor no es fácil y requiere más que solo conocimientos técnicos; también necesitan habilidades blandas como la comunicación efectiva y liderazgo. Siempre les digo que no deben aceptar lo que digo como una verdad absoluta; deben investigar y cuestionar. Por eso, hacemos búsquedas en inteligencia artificial, comparando lo que encuentra con el contenido del curso.
Esto crea un equilibrio y fomenta el aprendizaje activo, donde los estudiantes participan y se involucran en la búsqueda de información. Es fundamental que los docentes se preparen y dediquen tiempo a su formación continua, porque los alumnos también notarán si un profesor no se prepara adecuadamente.

El trabajo colaborativo es otra técnica que utilizamos. Los alumnos debaten casos en grupo y presentan sus soluciones, lo que les permite comprender que no hay una única respuesta correcta y que todo depende del contexto y las circunstancias.

El trabajo colaborativo es otra técnica que utilizamos. Los alumnos debaten casos en grupo y presentan sus soluciones, lo que les permite comprender que no hay una única respuesta correcta y que todo depende del contexto y las circunstancias.

El futuro de las aulas híbridas parece prometedor, pero los docentes deben capacitarse en el uso de estas herramientas. La relación con los alumnos puede complicarse, especialmente con el uso de cámara apagada en las clases virtuales, lo que dificulta la interacción. Este proceso de aprendizaje lleva tiempo y es importante adaptarse. Al momento, la tendencia está hacia un enfoque más práctico y menos centrado en evaluación tradicional. Con el tiempo, creo que dejaremos atrás ciertos métodos de evaluación en favor de prácticas que integren la teoría con la experiencia laboral real.

En cuanto al concepto de gamificación, creo que es crucial involucrar a los alumnos a través de técnicas que mantengan su atención y motivación. Conectar la teoría con la práctica, trayendo ejemplos reales y experiencias de egresados, ayuda a los estudiantes a ver la aplicabilidad de su aprendizaje.