Facultad de Ingeniería
Reflexiones de un joven docente universitario
Por Andrés Perrone
José Fernández, ingeniero y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Misiones, reflexiona sobre la enseñanza universitaria, marcada por la investigación, la tecnología y un enfoque cercano hacia los estudiantes.
A sus 31 años y una formación en el sistema público, Fernández reconoce el papel fundamental de las políticas públicas en su desarrollo académico. “Toda mi vida fui a instituciones públicas, desde la primaria hasta la universidad. Las becas garantizaron mi estudio y permanencia en la facultad”, explica.
Fernández considera que las becas de investigación fueron un punto crucial en su formación, abriéndole las puertas a un mundo que va más allá del aprendizaje pasivo. Para él, la investigación y la docencia están íntimamente relacionadas: “Concebí la investigación como un hecho de no solo adquirir conocimientos, sino también de transmitirlos. No hay docencia sin investigación, ni investigación sin docencia”, sostiene. Actualmente, realiza un doctorado con el CONICET, lo cual refuerza su convicción de que la investigación debe ser un pilar de la enseñanza.
La pandemia de COVID-19 impulsó una transformación en la enseñanza que Fernández describe como inevitable y necesaria. “Nos obligó a incluir la tecnología como medio para continuar desde nuestras casas”, señala. Gracias a la adaptación de la universidad y el uso de herramientas digitales, se logró mantener la continuidad educativa y evitar el abandono de los estudiantes.
Fernández observa que esta adaptación no solo implicó virtualizar las clases, sino también explorar herramientas más avanzadas, como la inteligencia artificial, que los mismos estudiantes empiezan a utilizar. “Esa incorporación de nuevas tecnologías me parece fundamental, aunque siempre como complemento a los métodos tradicionales, como las clases en el pizarrón”, comenta.
Para Fernández, una enseñanza efectiva debe partir de la humildad y la cercanía con el estudiante. “No porque seas docente tenés que estar en una altura diferente a la del estudiante”, enfatiza, promoviendo una relación horizontal que elimine las barreras entre profesor y alumno.
En un contexto donde los estudiantes están acostumbrados a consumir información a través de redes sociales y videos breves, considera esencial que los docentes se adapten y utilicen estos formatos para conectar mejor con ellos. “El uso de tecnologías familiares para los estudiantes es una buena forma de facilitar el aprendizaje”, añade.
Además, el profesor destaca la importancia del trabajo conjunto entre los docentes jóvenes y los más experimentados. Esta combinación de perspectivas enriquece tanto a los alumnos como al proceso educativo. “El balance entre docentes con experiencia y jóvenes es un tándem interesante. Los mayores aportan el conocimiento aplicado y la experiencia en el aula, mientras que los más jóvenes facilitamos la llegada a los estudiantes e incorporamos nuevas tecnologías”, afirma. En su opinión, esta sinergia contribuye a hacer la enseñanza más dinámica y efectiva.
De cara al futuro, Fernández imagina un escenario en el que la tecnología jugará un papel cada vez más importante. “Me imagino la posibilidad de tener laboratorios virtuales, empleando herramientas de modelación”, señala, considerando que estas innovaciones permitirán a los estudiantes experimentar conceptos difíciles de ver en la práctica. No obstante, también recalca que el valor del contacto humano sigue siendo insustituible. “Las tecnologías ayudan, pero no reemplazan el contacto humano, y eso quedó claro durante la pandemia”, enfatiza.
Para aquellos que aspiran a la docencia universitaria, el ingeniero subraya la importancia de la formación continua y del trato humano con los estudiantes. “Para enseñar, uno tiene que valerse del conocimiento, y ese conocimiento solo se adquiere formándose”, dice, invitando a los futuros docentes a continuar su desarrollo académico mediante especializaciones, maestrías o doctorados. Además, insiste en la necesidad de mantener una actitud cercana y humilde. “Hablar desde la misma altura que el estudiante permite romper barreras y facilita el acceso al conocimiento”, concluye.
José Fernández representa a una nueva generación de docentes comprometidos con una enseñanza que combina tradición e innovación, donde la investigación y el uso adecuado de la tecnología van de la mano con un enfoque humano y cercano. Esta visión busca preparar a los futuros ingenieros para enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más complejo y tecnológico, manteniendo siempre la esencia del contacto directo y el aprendizaje mutuo entre profesor y alumno.