Opinión
La ciencia y los espejos de feria
Por Miguel Riquelme - Neociencia
El 28 de febrero de este año, aproximadamente mil científicos y expertos fueron despedidos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en Estados Unidos, la mayor institución del mundo dedicada a la investigación climática. La decisión la anunció el presidente de ese país Donal Trump.

La administración estadounidense ha lanzado un ataque sin precedentes contra la ciencia, las instituciones de investigación y las organizaciones e iniciativas nacionales e internacionales. Se han impuesto restricciones a la investigación, incluidas prohibiciones a los estudios que mencionan palabras particulares relacionadas con el sexo y el género, la raza, o la discapacidad.
Por estas tierras, el argumento del actual gobierno parte de recortar el gasto público y reorientar los recursos hacia otras áreas económicas. Así, la ciencia es vista como una carga y no como una inversión estratégica para el crecimiento de la nación. La reducción de los fondos destinados a la investigación científica y tecnológica frena el progreso, limita las oportunidades de formación de nuevas generaciones de científicos y cierra las puertas a soluciones locales a problemas globales. Exportar conocimiento a través de proyectos de ciencia es una forma de obtener dividendos para el país.


Por nuestro lado, Argentina es el país de la región con más Premios Nobel de Ciencia. Producto de un sistema universitario público muy robusto y una gran vocación por la investigación científica. En el 2024, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) fue elegido por el ranking internacional SCIMAGO por quinceavo año consecutivo como la mejor entidad estatal dedicada a la ciencia en Latinoamérica –en el mundo se ubicó en la posición número 20. Pero el presupuesto para el sector científico tecnológico durante el año 2024 cayó un 32,9 por ciento, según el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI).
En EEUU, la administración Trump, está despidiendo a empleados federales de agencias nacionales, incluidas aquellas que emplean a investigadores en disciplinas que son clave para proteger la salud pública, el medio ambiente y la seguridad de las personas. Entre los centros afectados se encuentran instituciones respetadas a nivel mundial como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Agencia de Protección Ambiental y los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
La política de Milei está provocando el éxodo de personal altamente calificado en el sistema científico que ha migrado hacia otros países de la región. Y, por otro lado, ha causado un enorme daño, al desfinanciar la ciencia y tecnología para amplios sectores como la salud, o la producción primaria de pequeña escala.